Planificación y Política

Publicado el 13.02.2020.2:33 pm

por Ricardo Ríos C.*

La Planificación “es el cálculo que precede y preside a la acción”, decía Carlos Matus, principal exponente del Enfoque Estratégico Situacional. “Planificar con prudencia al límite de la estupidez y ejecutar con audacia al límite de la temeridad” reza un viejo adagio vietnamita.

Por su parte, los métodos especializados para estructurar decisiones nos enseñan que la planificación se mueve entre dos extremos indeseables el “perfeccionismo paralizante” por una parte; vs la “Improvisación irresponsable” por la otra. La planificación (para que sea estratégica) debe articular  el “Que” (objetivo, direccionalidad) con el “Cómo” (estrategia, viabilidad).

Todas las frases, pensamientos y adagios antes citados tienen en común el tema de la Planificación; y subyace en cada una de esas reflexiones unas recomendaciones y advertencias cuyo propósito es construir la viabilidad de los planes o proyectos.

Construir la viabilidad de un proyecto requiere hacer un cálculo realista y responsable de los recursos a disposición y del contexto en el cual se desarrollará el mismo. Cuando se habla de planes en entornos sociopolíticos, es menester hacer un riguroso y pormenorizado análisis de actores. Ese mapa de aliados y adversarios (actuales y potenciales) debe ser cuidadosamente construido.

Lo mencionado hasta acá es parte del trabajo de estrategia que se debe llevar a cabo para (insistimos) construir la viabilidad de los proyectos. En ocasiones se incurre en extremos voluntaristas, que se ilustra muy bien con la frase “optimistas sin fundamento”;  que pretenden llevar a cabo un proyecto (o peor, dirigir una batalla) basándose en supuestos rebuscados, es entonces cuando sobrevienen los fracasos catastróficos.

Lo señalado en el párrafo anterior es el resultado habitual de la Visceral Politik, en contra posición de la siempre aplastante Real Politik. Para jugar en los tableros reales (y no en un simulador) se requiere extrema responsabilidad. Basar una estrategia política en un deseo, es el equivalente a hacer un presupuesto familiar suponiendo que vamos a ganar la lotería. Es decir, el azar se convierte en la “estrategia”.

Por otra parte, diseñar un plan basándose en el desconocimiento o subestimación del contrario, es una garantía de fracaso. Sea cual fuere el escenario político que estamos a punto de transitar, (Elecciones libres, elecciones manipuladas, invasión, presión económica, etc.) es menester que la dirigencia política haga un cálculo realista de la situación y de los futuribles (futuros posibles) de acuerdo a la estrategia que se lleve a cabo. Esto exige un liderazgo unificado (al menos de los factores mayoritarios con verdadero músculo político) y unas líneas estratégicas comunes. No hacerlo equivale a dejar el destino al azar o a las agendas subalternas.

Tómense estas notas como unas recomendaciones político-metodológicas, aplicables a cualquier  escenario y/o estrategia que se tenga en mente. La racionalidad, el pulso y el cálculo estratégico es algo que no abunda… y hace mucha falta.

*Presidente de Poder & Estrategia. Especialista en análisis de entorno y riesgo político.