Publicado el 31.05.2016.8:53 pm
El diálogo es a la política lo que la boca es a la comunicación; son parte de una misma cosa. La esencia de la política es el diálogo, la comunicación. Recordemos que Aristóteles se refería al ser humano como un zoom politikon, un animal político que, como diría el sabio griego, no podía vivir fuera de la polis (la ciudad, la sociedad) a menos que fuera un Dios o un loco.
Resulta un debate estéril hablar de diálogo sin precisar bien a que nos referimos. Entre los actores políticos del escenario nacional siempre han existido vasos comunicantes, incluso en los momentos más crispados, así como también en los momentos más tensos de la guerra fría, (como en los 13 días que casi llevan al mundo a la extinción por la guerra atómica) existía una comunicación entre ambas súper potencias.
Quizá el revuelo de los últimos días en nuestro país sea más por la posibilidad de que ese diálogo, facilitado por figuras internacionales, este planteado que lleve a algo más, un entendimiento quizá, un acuerdo tal vez.
No obstante, en estrategia siempre decimos que “el otro también juega” en referencia a que cada actor tiene sus objetivos, su plan y la estrategias consecuentes. En ese sentido vale la pena recordar el carácter variopinto de la MUD, en la que pudiéramos identificar, al menos, 3 grupos con agendas contrapuestas, (aunque acomodaticias):
La agenda del Referendo: Muy sonada en los últimos días, toda la oposición la abraza como bandera, pero en realidad sólo un sector (incluso sólo un partido) lo está asumiendo como una opción real.
Agenda del desgaste: Encabezada por los actores políticos más veteranos, su cálculo estaría basado en esperar el desgaste del gobierno, de modo que el chavismo asuma todo el costo político de los ajustes que vienen haciéndose, (en vista de la catastrófica situación económica), para luego tomar el poder después de 2016.
Agenda Violenta: Nunca han faltado grupos con tentaciones inmediatistas, con arrebatos ineficaces y de cálculos terriblemente equivocados, que permanentemente han abrazado el camino violento, son los que creen que “la salida” es pulsar un botón (o mejor dicho un gatillo) en lugar de proponer alternativas.
Como en todas las ciencias sociales, estas no son tipologías puras, van fluctuando de acuerdo a la situación, los actores van reacomodándose según las circunstancias. Ganará el que haga el cálculo más inteligente, o al decir de Maquiavelo, el que tenga “la astucia de la zorra”.
Lic. Ricardo Ríos Calderón
@riosdefrente