Publicado el 04.04.2016.10:59 pm
¿Puede una pareja de jóvenes profesionales aspirar a comprar casa y carro a la vuelta de unos años de trabajo? La respuesta es obvia, no pueden. A duras penas y con mucho esfuerzo podrán pagar las cuentas para vivir al día. El costo de la vida es un lobo feroz que arrasa no solo con el presupuesto sino también con las esperanzas de jóvenes y familias enteras que cada vez con más frecuencia ven en la migración una salida individual a la crisis.
La migración es una decisión difícil, pero completamente válida, contrario a prácticas reprochables como el bachaqueo y el raspacupismo, que son otras de las salidas individuales que optan algunos habitantes (no ciudadanos) en detrimento del resto de la colectividad. La verdad sea dicha, el modelo económico actual ha incentivado a niveles deplorables la cultura del facilismo y el no trabajo.
Hasta hace poco Venezuela exhibía unos indicadores sociales y económicos aceptables, y se señalaba la ventaja que teníamos sobre países del tercer mundo cuya parte importante de la población vivía con menos de 1 $ diario. Ese es un indicador planetario de los más ilustrativos del mundo; veíamos con dolor –y quizá un poco de lástima- aquella lejana situación de países muy pobres; pero pareciera no ser tan lejana ahora. Si dolarizáramos el sueldo mínimo a la tasa de la divisa paralela, el ingreso no llega a 1 dólar diario; ¿somos entonces la “Venezuela sub-sahariana”?; para ser rigurosos y sinceros, aún no es comparable nuestra situación a aquellos países, en vista que debe tomarse en cuenta el llamado “salario social” que son los subsidios a las medicinas, alimentos, electricidad, transporte, gasolina, etc. que transfiere el Estado venezolano a la población, esa significativa masa de recursos hace que en realidad el venezolano promedio, reciba de una manera u otra mucho más de un dólar diario, no obstante el empobrecimiento ha sido brutal.
Según el más reciente estudio de opinión de Poder & Estrategia, el 55% de los consultados opina que para que una familia cubra todos sus gastos necesita más de 200 mil bs. mensuales, esto supera 10 veces el salario mínimo, sobra cualquier análisis, es una situación muy delicada.
Esta situación económica ha llevado a las familias a tener un descenso en la calidad de la alimentación, es decir, la crisis es tan severa que el sacrificio y disminución de consumo hace rato que dejo de ser sobre los gastos suntuarios, o de significativos recortes en gastos en servicio y recreación; ahora estamos hablando de recortes en los gastos de ALIMENTOS, estamos comiendo menos y con menor calidad. En el mismo estudio que mencionamos anteriormente Poder & Estrategia se revela que más del 80% de los venezolanos consume hoy en día menos cantidad de proteínas (carne, pollo, etc.) en su dieta.
En algunos países las crisis económicas generan crisis políticas; en nuestro caso, la crisis política (colapso del modelo) generó una crisis económica (aderezada con la baja de los precios del petróleo) y esta última está gestando una crisis social; es una bomba de tiempo, evidenciada en el deterioro del patrón alimentario. Por lo general, las crisis sociales derivan en cambios políticos. Amanecerá y veremos.