Publicado el 15.03.2017.4:39 am
Algunos autores definen un clivaje como una “fractura histórico conflictual que da origen a los diferentes partidos y/o familias de partidos”; dicho más simple, son las condiciones sociales, económicas e históricas que empujan a una sociedad a parir organizaciones políticas que representen a ciertos sectores de la sociedad.
Si tomamos el esquema de los clivajes como mecanismo de análisis de la actual coyuntura, debemos recordar que, según este, dos principales ejes de conflictos han empujado el surgimiento de los diversos tipos de partidos: El eje estructural, referido a la dinámica socio económica y el eje funcional, referido a la forma de organización del Estado.
La actual situación que vivimos en Venezuela da cuenta de un agotamiento del modelo económico rentista (desde hace décadas), acompañado por un intento fallido de construcción de un nuevo Estado en vista de un inconcluso Proyecto Nacional, altamente vulnerable en vista de su dependencia a un liderazgo personal, ya extinto.
En vista del agotamiento referido, el abanico de la clase política no ha sabido interpretar o caracterizar la nueva situación, y eso le hace incapaz de convertirse en una autentica y legitima representación de los diversos sectores de la sociedad venezolana. Es decir, un partido político es en esencia representante de sectores de la sociedad. Actualmente la clase política y los partidos en la palestra pública, ¿a quién representan?, ¿con quién conectan?. Respondamos esa pregunta y entenderemos el por qué de la creciente y preocupante desafección política de la sociedad venezolana.
Podemos hacer una breve caracterización de un sector (que ya no representa a la mayoría) que se aferra al poder con un modelo postcapitalista (en el mejor y más sublime de los casos) o simplemente en un esquema de un decadente capitalismo de estado rentista.
En la otra esquina se encuentra el otro sector, que es históricamente el llamado a ser el relevo; no obstante está lejos de ser la alternativa, pues no define personalidad y está lejos de conectar con algún sector representativo de la sociedad. Unos cuantos parecieran más una especie de opacos representantes consulares.
La clase política venezolana cree (soberbiamente) tener todas las respuestas y no se han dado cuenta que hace rato cambiaron las preguntas. Están enfrentando la realidad actual, híper comunicada e informatizada, con esquemas de la edad de bronce.
Ricardo Ríos Calderón.
Presidente Poder & Estrategia
Twitter @riosdefrente